Amasya es sin duda uno de los lugares más encantadores de la Anatolia Turca. A un lado del río Yeşilırmak, sus pintorescas casas clásicas de estilo otomano y al otro, una ciudad moderna que mira hacia unas solemnes tumbas pónticas excavadas en la roca de acantilados que quedan coronados por los restos de una fortaleza. Un conjunto atractivo para disfrutar y enamorarse desde 3 puntos de vista.
Desde el castillo de Harşena
En lo alto, las vistas sobre la Amasya moderna reconfortan a todo aquél valiente que culmina a pie los 3km de la empinada cuesta arriba. Si se prefieren guardar las fuerzas, un taxi hasta arriba cuesta 20TRY (por convenio entre conductores). En la cima, lo que queda del kale (5TRY) son unas murallas que han sido reconstruidas en varias ocasiones durante la Edad Media y entre las que se pueden pasear hasta encontrar la mejor fotografía.
La cuesta abajo se hace más liviana y siempre suele haber algún conductor amable que se ofrece para acortar el trayecto. En nuestro caso, un coche patrulla de policía.
Desde Ali Kaya
Encaramado sobre la colina contraria al castillo, encontramos el café-restaurante Ali Kaya, perfecto para tomarse un çai a media tarde y ver como se desvanece la luz del sol sobre la ciudad y las tumbas que la dominan.
Dependiendo del lugar de partida, los taxis suben por unas 10TRY pero recomendamos ir a pie y atravesar las menos concurridas calles de la ciudad hasta encontrar la cuesta que lleva al café. Desde allí, preparaos para regocijaros con la panorámica sorbiendo lentamente un té turco por tan solo 1,5TRY (0,50€).
La cuesta abajo hasta el centro se completa en unos 30 minutos.
Desde el río al anochecer
Si llegas a Amasya en viernes o fin de semana, estás de suerte ya que asistirás al espectáculo visual de luces que se da entorno al río donde tanto las casas otomanas como las tumbas sobresalen de la oscuridad en un juego de colores que empieza entorno a las 9 de la noche.
El paseo del otro lado del río es el sitio ideal para contemplarlo y qué mejor manera de hacerlo con una buena bolsa de pipas para caer enamorado una vez más de la encantadora Amasya.
Amasya en imágenes
No hay que perderse
- Las tumbas del los reyes pónticos, que esculpidas sobre un acantilado de piedra caliza, captan la atención de cualquier mirada que las observe desde la orilla sur.
- Paseo por el barrio histórico de Hatuniye Mahallesi con sus casitas otomanas dispuestas en fila a lo largo del río.
- La madraza Büyük Ağa, de planta octogonal donde los jóvenes turcos estudian y memorizan todo el Corán. En principio no está abierta al público pero pudimos acceder por unos momentos durante una mañana y ver a los estudiantes en acción mientras éstos nos observaban con caras de curiosidad.
Dónde dormir
Amasya es un destino más popular para turcos que para extranjeros y los precios que encontramos no fueron de los más económicos.
La única opción ‘barata’ y decente después de mucho preguntar, fue la 8.500 Pansiyon, una pensión en el lado norte (antiguo) emplazada en una casa otomana. La habitación doble con baño y vistas al río por 80TRY, nada mal visto el precio que manejaban el resto de alojamientos a ambos lados del río.